Me siento muy preocupado por los ” comunicadores “

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Muy preocupante

Hoy, me siento muy preocupado por “comunicadores”, perdón por el uso de las comillas, que se dicen periodistas, que usan todos los medios habidos y por haber, para insultar, acorralar, arrinconar y a veces; hasta humillar a quienes les adversan.

Esos, autodenominados comunicadores sociales, se dan a la tarea de que si alguien dice algo que a ellos nos les gusta, le disgusta o desagrada; o no está de acuerdo a sus opiniones personales, se van en insultos contra esa persona, sea funcionario, artista, pelotero, tenga o no rango en las Fuerzas Armadas o la Policía. Es decir, a esos “comunicadores”, perdón de nuevo por las comillas; no les importa quien sea la persona a la que ellos le responden con toda clase de improperios.

En mi época de estudiante de licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social, aprendí a buscar las noticias sin acosar a nadie, sin acorralar ni amedrentar a la que podría ser mi fuente informativa, o en este caso; a la persona que es el centro de una información con la que puedo o no estar de acuerdo.

Veo en en algunos “comunicadores” jóvenes y en otros ya entrados en canas, un afán de ser ellos el centro de las noticias. Los veo hacer las preguntas a la fuente y sin darle tiempo a responder le sacan un argumento y ahí mismo, los dejan sin palabras. ¿Acaso, fue eso lo que aprendimos en la escuela más vieja de periodismo de nuestro país? ¡Pues claro que no!

A diario veo, leo y escucho a “comunicadores”, encampanados en sus tribunas, prácticamente tragarse y luego vomitar como si nada a funcionarios, legisladores, jueces, altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía y hasta burlarse de simples ciudadanos de la calle, por el solo hecho de tener una opinión diferente a la de ellos.

Si a esos, con esa forma desenfadada de hacer periodismo, se les llama “comunicadores”, prefiero que me sigan diciendo solo periodista (como me llamaba mi querida doña Estela Victoriá), sin el título de licenciado y punto…

Hoy, me siento muy preocupado por “comunicadores”, perdón por el uso de las comillas, que se dicen periodistas, que usan todos los medios habidos y por haber, para insultar, acorralar, arrinconar y a veces; hasta humillar a quienes les adversan.

Esos, autodenominados comunicadores sociales, se dan a la tarea de que si alguien dice algo que a ellos nos les gusta, le disgusta o desagrada; o no está de acuerdo a sus opiniones personales, se van en insultos contra esa persona, sea funcionario, artista, pelotero, tenga o no rango en las Fuerzas Armadas o la Policía. Es decir, a esos “comunicadores”, perdón de nuevo por las comillas; no les importa quien sea la persona a la que ellos le responden con toda clase de improperios.

En mi época de estudiante de licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social, aprendí a buscar las noticias sin acosar a nadie, sin acorralar ni amedrentar a la que podría ser mi fuente informativa, o en este caso; a la persona que es el centro de una información con la que puedo o no estar de acuerdo.

Veo en en algunos “comunicadores” jóvenes y en otros ya entrados en canas, un afán de ser ellos el centro de las noticias. Los veo hacer las preguntas a la fuente y sin darle tiempo a responder le sacan un argumento y ahí mismo, los dejan sin palabras. ¿Acaso, fue eso lo que aprendimos en la escuela más vieja de periodismo de nuestro país? ¡Pues claro que no!

A diario veo, leo y escucho a “comunicadores”, encampanados en sus tribunas, prácticamente tragarse y luego vomitar como si nada a funcionarios, legisladores, jueces, altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía y hasta burlarse de simples ciudadanos de la calle, por el solo hecho de tener una opinión diferente a la de ellos.

Si a esos, con esa forma desenfadada de hacer periodismo, se les llama “comunicadores”, prefiero que me sigan diciendo solo periodista (como me llamaba mi querida doña Estela Victoriá), sin el título de licenciado y punto…

Por Juan Santana

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