El poder es pasajero

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Eddy Olivares
Los romanos estaban tan conscientes de la soberbia que podía provocar un exceso de gloria y poder en una persona que hasta Marco Aurelio, uno de sus cinco grandes emperadores, cuando paseaba por las calles de Roma debía ir acompañado de un esclavo para que cuando recibiera las estruendosas ovaciones del pueblo le susurrara al oído: “Recuerda, solo eres un hombre”.

Esta misma regla también era aplicada durante el Imperio Romano en la majestuosa celebración que se dedicaba a cada general que obtenía una grandiosa victoria. Al general victorioso el Senado le asignaba un esclavo, para que mientras era aclamado por la multitud como a un dios, le susurrara, entre otras frases, la siguiente: “Recuerda señor, toda gloria es efímera”.

A este respecto, en su reconocida obra El Poder, el filósofo británico, Bertrand Russell, sostiene lo siguiente: “Entre los deseos infinitos del hombre, los principales son los deseos del poder y de gloria. No son idénticos, aunque están estrechamente aliados: el primer ministro tiene más poder que gloria, el rey tiene más gloria que poder. Por lo general, sin embargo, el camino más fácil para obtener la gloria es obtener el poder”.

Conforme a Mario Stoppino, en su significado más general, la palabra poder designa la capacidad o posibilidad de obrar, de producir efectos, y puede ser referida tanto a individuos o grupos humanos como a objetos o fenómenos de la naturaleza.

Sin embargo, el principal de los poderes es el político, el cual sostiene el sociologo alemán Max Weber, tiene tres tipos de legitimidad, que son: según que el poder sea tradicional –gobierno de dinastías–, carismático –gobierno de un jefe calificado por su prestigio personal–, o racional –gobierno de autoridades investidas de poder por la ley.

Todo poder relacionado con el Estado es temporal, tomando en consideración que el cuerpo electoral puede cambiar a los representantes al cumplirse el mandato para el que fueren elegidos, lo que es propio de la democracia representativa, así como mediante la violencia, cuando se trata, por ejemplo, de un golpe de estado o una revolución violenta.

No obstante, muchas de las personas que ocupan cargos importantes, principalmente en  la administración pública, se embriagan tanto de poder que llegan a creer que es perpetuo.

Tal fue el caso de los dirigentes y militantes del Partido de la Liberación Dominicana, cuyo presidente, Leonel Fernández, motivado por el hecho de ese partido haber gobernado durante 16 años consecutivos, aseguró en diversas ocasiones que el mismo permanecería en el poder hasta el año 2044.

Cuando un partido gobierna por muchos años y al mismo tiempo controla el Poder Judicial, muchos de sus miembros llegán a creer que su organización es invensible lo que ,sumado al hecho de tener garantizada la impunidad, se convierte en un motivo para el incremento de la corrupción y el abuso de poder.

Muy probablemente, cuando el anterior jefe del Ministerio Público, Jean Alain Rodríguez, se ensañó en el Consejo Nacional de la Magistratura contra la entonces presidenta de la Segunda Sala Penal y Segunda Sustituta del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Miriam German, lo hizo creyendo ciegamente que su partido era invensible y que, por lo tanto, ganaría las pasadas elecciones presidenciales.

Un ejemplo para los inquilinos del poder de lo que no se debe hacer.

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