Mariotti ( tan olímpico como Monte Plata, su pueblo ) señala que “el silencio de Danilo” es estratégico, sorprendiendo a la misma estrategia.
Esta se reconoce secreta, sigilosa, pero nunca silenciosa.
Dijo algo más: ese silencio de Danilo no es cosa suya, sino de un consenso con la cúpula del PLD, confundiendo a la propia cúpula.
Las preguntas le tienen un sitio montado al expresidente y de poder le tumbarían la puerta. Solo que más firme que las murallas de Jericó.
Danilo no, pero sí los altos cargos, debieran revisar ese consenso, pues revela todo lo contrario de que ahora se quiere acreditar.
Por ejemplo, el silencio de Simon y Garfunkel, que compusieron una hermosa canción, tiene sonido: El Sonido del Silencio.
Además, y esto es importante: Danilo no puede guardar silencio y menos hacer del silencio una política, una estrategia.
Si bien recordara, fue la política del silencio, su estrategia del silencio, que lo llevó al fracaso con la reforma constitucional, con una posible segunda reelección.
Entonces anunció que hablaría en marzo, y a marzo se le olvidó, y a él también. Quiso jugar al silencio, al tiempo, y en manos de ambos sucumbió.
Fuente: Diario Libre
