Hay que hacer reflexionar por la vía del diálogo, y no por la violencia como así lo hacen los agentes policiales bajo las directrices del general Then contra ciudadanos decentes y trabajadores, evidenciados a través de videos colgados en las redes sociales donde se visualiza a un oficial agredir a una joven mujer.
Los medios digitales se hicieron eco de los abusos policiales de los últimos atropellos policiales: un pastor evangélico del barrio Palmarito ya cerrando su cafetería dedicada a la elaboración de sándwich fue supuestamente maltratado, e incluso se puede apreciar en el video difundido por medios noticiosos locales en el que los panes volaron por todo el interior del quiosco; así como el bochornoso espectáculo en el que un oficial policial en presencia del propio general Alberto Then abofeteó a una comerciante, propietaria de un establecimiento comercial en la avenida Enriquillo, quien luego presuntamente le inquiría al agente no grabarla sin su consentimiento, provocando esto que la joven manoteara la cámara del agente, reaccionando este último con la reprochable agresión física.
Con todos esos acontecimientos violentos encabezados por quienes están llamado a poner el orden público, entonces toca poner los limites a las autoridades ejecutivas locales contra el general Then y sus tropas de policías abusadores y cobardes.
Es el momento de evitar una tragedia que trascienda a nivel nacional como la acaecida en Ocoa, en la que el abogado Ray Castillo, fue vilmente malogrado por un agente policial. Por esas mismas razones, sobre todo sobradas para buscar un encuentro-dialogo y evitar un hecho siniestro entre policías y ciudadanos, la gobernadora civil civil, maestra Dionne M. González y todos actores que componen la sociedad del municipio de Barahona deben entrar al box a hablar con el pitcher y ponerle control. ¡ O si no que lo saquen!
